Beneficios de la vitamina K para la salud del corazón

Beneficios de la vitamina K para la salud del corazón

Nueva investigación ha determinado que las personas que consumen una dieta rica en vitamina K tienen hasta un 34 por ciento menos de riesgo de enfermedad cardiovascular relacionada con la aterosclerosis.

La enfermedad cardiovascular aterosclerótica (ECA) sigue siendo una de las principales causas de muerte en todo el mundo a pesar de la disponibilidad de terapias que modifican el riesgo y estilos de vida. La patogenia es multifactorial y está, en parte, influenciada por la inflamación, hemostasia alterada, el síndrome metabólico (que incluye disglucemia, dislipidemia y obesidad) y calcificación arterial. Estos mecanismos son posibles objetivos de intervenciones dietéticas y farmacéuticas destinadas a reducir el riesgo. La vitamina K se presenta en 2 formas: la K1 (filoquinona) se encuentra en todas las plantas fotosintéticas, siendo las verduras de hoja verde la principal fuente dietética, mientras que la K2 (menaquinonas K4-K10) deriva principalmente de bacterias y se encuentra predominantemente en alimentos fermentados, como el queso. Se ha propuesto que ambas formas influyen en la salud cardiovascular a través de variados mecanismos, incluida la reducción de la inflamación sistémica, el mantenimiento de la hemostasia y la inhibición de la calcificación arterial. Sin embargo, los estudios que relacionan la ingesta de vitamina K con la ECA incidente son limitados.

El objetivo de este estudio realizado en Universidad Edith Cowan (en Perth, Australia) fue determinar la relación entre la ingesta dietética de vitamina K y las hospitalizaciones por ECA. En este estudio de cohorte prospectivo, los participantes del Danish Diet, Cancer, and Health Study, sin ECA previa, completaron un cuestionario de frecuencia alimentaria al inicio del estudio y se les dio seguimiento para las admisiones hospitalarias por ECA; cardiopatía isquémica, accidente cerebrovascular isquémico o enfermedad arterial periférica. Las ingestas de vitamina K1 y vitamina K2 se estimaron a partir del cuestionario de frecuencia alimentaria, y su relación con las hospitalizaciones por ECA se determinó mediante modelos de riesgos proporcionales de Cox. Entre 53 372 ciudadanos daneses con una edad media (rango intercuartílico) de 56 (52-60) años, 8726 personas fueron hospitalizadas por cualquier ECA durante 21 (17-22) años de seguimiento. En comparación con los participantes con las ingestas más bajas de vitamina K1, los participantes con las ingestas más altas tuvieron un 21% menos de riesgo de hospitalización relacionada con ECA (índice de riesgo, 0,79; IC del 95%: 0,74 a 0,84), después de ajustes multivariables para las covariables demográficas relevantes. Del mismo modo, para la vitamina K2, el riesgo de hospitalización relacionada con ECA para los participantes con las ingestas más altas fue un 14% menor que los participantes con la ingesta más baja de vitamina K2 (índice de riesgo, 0,86; IC del 95%, 0,81 a 0,91).

El riesgo de ECA se asoció inversamente con dietas ricas en vitamina K1 o K2. Las asociaciones inversas similares con la vitamina K1 y K2, a pesar de fuentes dietéticas muy diferentes, resaltan la importancia potencial de la vitamina K para la prevención de ECA.

Fuente bibliográfica

doi: 10.1161/JAHA.120.020551

https://www.savalnet.cl/

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